Después de ''Sé quién eres", un thriller racional con personajes maquiavélicos tenía ganas de contar una historia de gente impulsiva. un thriller sin un plan maestro, donde el puzzle se montara a través de las acciones de personas emocionales, torpes, que se dejan llevar sin tener muy claras sus consecuencias. como son, qué sienten y sus insatisfacciones vitales acaban construyendo un relato lleno de misterios y secretos. Enseguida sentí que esa premisa me llevaba a modificar completamente el tono, un puntito de comedia se abría paso entre drama y el thriller. Y para llevarlo a cabo busqué un casting de actores capaces de transitar por todos estos géneros. Actores que tuvieran la simpatía del público para que sintieran que podrían ser su propia pandilla de amigos. Y a la vez, con talento para ser capaces de interpretar a personajes complejos y llenos de matices. Matices que poco a poco harán que el thriller deje paso a una historia con mucho más rondo y discurso del que parecía a primera vista. Las jaulas, los abusos y el impulso de romper con todo, son temas que rodean la serie de la misma forma que lo hacen en nuestras vidas. Si no quieres verlos apenas se ven. Pero están ahí.
Con la idea de que los actores fueran el centro del relato elegí un estilo de realización con tomas largas, sin cortes. Donde ellos mismos mantuvieran el pulso, la tensión y el ritmo de cada escena. Eso provoca que el espectador sienta que está asistiendo a un pedacito de realidad con ellos. Y para las coreografías musicales del baile de otoño que salen en la serie, pedir a la academia "Danzarte" que llevaran todo lo que ocurría en el escenario. Porque son brillantes, pero también porque como padre he asistido a los espectáculos que montan cada año y sentía que esa realidad que vivimos muchas familias se trasladaría a la pantalla. Es un micro mundo que todos reconocemos. Y Belmonte no deja de ser eso, un espejo de nuestro propio mundo. A primera vista edulcorado e idealizado, pero si miras bien en el fondo, es muy parecido al de todos
